Oreja: El verdadero Vidal de la fuente
El pueblo maldito en la realidad
Vidal de la fuente (la palabra final en minúscula como se explica en un relato del segundo volumen) es un pueblo de ficción y su nombre ha sido inventado para el libro «Memorias de un pueblo maldito». Sin embargo, su inspiración proviene de un enigmático pueblo real, donde ocurrieron numerosos sucesos sin aparente explicación, hasta que poco a poco se fue despoblando quedando totalmente abandonado.
Muchos de los relatos que se pueden leer en los libros están basados en historias que se contaban en este lugar durante décadas. Otros sucesos están basados en historias igual de sorprendentes que se cuentan por pueblos parecidos repartidos por toda la geografía española.
El pueblo se encuentra actualmente abandonado, aunque si viajas allí y paseas por sus calles solitarias y observas sus muros envejecidos por el tiempo, tal vez puedas ser testigo de algún que otro extraño fenómeno paranormal.
El castillo en ruinas
El pueblo tuvo en su día un gran castillo muy cerca de él, donde ahora solo queda una pequeña torre en ruinas. Fue construido por los musulmanes en la época de Alfonso VI y se utilizó para luchar contra los castellanos. Sin embargo tiempo después, en el año 1139, Alfonso VII de León reunió tropas de toda España y asedió al majestuoso edificio hasta lograr la derrota de los musulmanes y su conquista. Entonces fue repoblada toda la zona por cristianos y el castillo fue restaurado y reformado. Más tarde, Alfonso VIII lo cedió a la Orden de Santiago, una orden religiosa y militar.
Al perder su uso defensivo se utilizó más para menesteres religiosos que militares, hasta que al despoblarse la zona fue abandonado.
Lo escalofriante de este lugar, es que hoy día se pueden oír en noches de luna llena cantos de monjes que provienen de su ruinoso torreón.
Historia del pueblo
Este poblado original existía desde los tiempos de la ocupación romana, con el nombre de Aurelia. Siglos después, se construyó un castillo por los musulmanes para detener a los castellanos en su intento de reconquistar sus tierras. No fue hasta el siglo XII cuando castillo y poblado fueron tomados por los castellanos que lo habitaron definitivamente. Fue entonces cuando el nombre derivó a Oreja.
Según pasó el tiempo, la fortaleza fue perdiendo su utilidad y debido a su mala comunicación con otras localidades, la zona se fue despoblando poco a poco. Ya en el siglo XX nunca se acometieron las obras necesarias para dotar al pueblo de suministro eléctrico y de agua corriente. Esto unido a los extraños acontecimientos que ocurrían frecuentemente por toda la zona hicieron que según envejeció la población, la localidad se fuera despoblando y las nuevas generaciones se fueran mudando a zonas mas confortables, como Ontigola y Aranjuez.
En sus diferentes etapas, el escudo fue cambiando aunque siempre reflejaba en él la importancia del castillo y del río Tajo. También a partir del siglo XII se incluyó la cruz de Santiago, ya que fue esa Orden religiosa y militar quien se hizo cargo del castillo.
En el siglo XIX el escudo pasó a ser el que aparece sobre estas líneas. Sigue destacando la imagen del castillo, pero la Cruz de Santiago se ha sustituído por una estrella y se le ha incorparado una corona real. Es destacable la desaparición del río Tajo y su sustitución por un pozo, dando a entender que el pueblo ya no necesitaba desplazarse para adquirir agua, sin embargo, esto nunca fue así y ese ansiado pozo jamás existió.
El pueblo fue abandonado completamente a mediados del siglo XX y se encuentra en estado ruinoso, aunque todos los 15 de agosto, descendientes del poblado regresan a él para festejar el día de su patrona.
Imágenes paranormales
Los sucesos paranormales son habituales en este lugar. Suelen oirse pasos, voces y golpes en el interior de las casas. Hay ruidos extraños por las calles y apariciones fantasmales tras las ventanas de los edificios.
En una grabación improvisada con un teléfono móvil, pudimos ser testigos de uno de estos extraños fenómenos mientras grabábamos el cementerio. Pudimos ver claramente la figura fantasmal de un niño correteando entre las tumbas. Sin embargo, en nuestra pobre grabación, apenas puede distinguirse una luz blanca moviéndose en el centro del cementerio.
No puedo imaginar lo que sería vivir en este pueblo cuando estaba habitado si estos sucesos ocurrían con la misma frecuencia que ahora.
Voces del más allá
El lugar, aunque está abandonado y en ruinas, todavía posee un halo de misterio y extrañas energías que permiten ver sucesos extraños e incluso grabarlos.
Nosotros fuimos testigos de varias psicofonías descubiertas tras distintas grabaciones que realizamos el día en el que hicimos las fotos. Pudimos recoger varias, pero confusas y de poca calidad, excepto una obtenida junto al torreón del castillo. En ella pueden oírse voces de cantos gregorianos a pesar del fuerte viento.
Parece ser que por la noche aumenta la posibilidad de registros de calidad, sin embargo, no fuimos lo suficientemente valientes para comprobarlo.